En el Lincoln Financial Field de Filadelfia, Palmeiras superó 1-0 a Botafogo en tiempo extra gracias a un golazo de Paulinho al minuto 100. El “Verdão” dominó gran parte del choque, generó las mejores opciones y venció la férrea defensa de su compatriota, aunque tuvo que sufrir hasta la prórroga. Además, Gustavo Gómez fue expulsado sobre el final del suplementario y se perderá la primera ronda de cuartos de final.
Palmeiras volcó su estilo combativo y de control para imponerse en Filadelfia. Estos fueron sus grandes pilares tácticos:
Control posicional y posesión paciente
– Desde el pitazo inicial asumieron la iniciativa, moviendo el balón de un lado a otro para estirar al bloque defensivo de Botafogo. Esta circulación lenta y segura “secó” a su rival y los fue desgastando hasta forzar errores en el segundo tiempo y la prórroga.
Laterales como recurso ofensivo
– Marcos Rocha y Mayke llevaron el juego por las bandas, superponiéndose al extremo. Sus constantes subidas generaron superioridad en el flanco, abrieron espacios interiores y atrajeron a los dos centrales rivales, habilitando así las llegadas de Paulinho y Facundo Torres.
Remates lejanos para desordenar la defensa
– El colombiano Richard Ríos probó dos veces la portería con tiros de media distancia que obligaron al portero Fernando Miguel a estirarse. Más allá de no concretarse, esos disparos mantuvieron inquieta a la zaga y crearon rebotes que casi terminaron en gol.
Defensa zonal y rompemuelles en transición
– Tras pérdida, el equipo retrocedía sus líneas de forma organizada, formando un 4-4-2 compacto. Así anularon los intentos de contra de Botafogo, obligándolo a replegarse y a jugar sin espacios limpios entre líneas.
Gestión de la prórroga con revulsivos calculados
– Abel Ferreira guardó gasolina para el extra: Paulinho entró con frescura, aprovechó un hueco entre centrales y marcó al minuto 100. Además, el doble pivote (Moreno–Veiga) se mantuvo fiable, cambiando del “orden” al “caos” para desequilibrar la defensa rival justo cuando más fatigada estaba.
Chelsea despertó en la prórroga y goleó 4-1 al Benfica:
En el Bank of America Stadium de Charlotte, Chelsea remontó y goleó 4-1 a Benfica tras una prolongada interrupción por tormenta eléctrica. Los ingleses, que llegaron con discreción tras la fase de grupos, se impusieron con autoridad en la prórroga a pesar de que Ángel Di María forzó el alargue con un gol agónico para las “Águilas” en el tiempo reglamentario. Con esta victoria, los blues sellaron su pase a los cuartos de final con contundencia.
Chelsea impuso su superioridad táctica ante Benfica con una propuesta ofensiva muy bien estructurada por Enzo Maresca. Aquí los principales recursos que marcaron la diferencia:
- Laterales por dentro: Marc Cucurella y Malo Gusto actuaron como interiores en fase ofensiva, abandonando la banda para generar superioridad numérica en el centro del campo. Esta táctica desarticuló el bloque medio de Benfica y permitió a Chelsea controlar la posesión con fluidez.
- Presión tras pérdida: El equipo londinense aplicó una presión coordinada en campo rival tras cada pérdida, lo que limitó las transiciones ofensivas de Benfica y les obligó a jugar en largo, perdiendo precisión.
- Movilidad de los extremos: Pedro Neto y Noni Madueke intercambiaron constantemente de banda y atacaron los espacios generados por los movimientos interiores de los laterales. Esto desbordó a la defensa portuguesa, especialmente en la prórroga.
- Enzo Fernández como eje: El argentino fue clave en la distribución y en la recuperación. Su lectura del juego permitió acelerar los ataques cuando Benfica se desordenaba y temporizar cuando era necesario.
- Ajustes en la prórroga: Maresca introdujo a Dewsbury-Hall y Nkunku para refrescar el mediocampo y el frente de ataque. Ambos fueron determinantes: el primero aportó equilibrio y el segundo marcó el tercer gol que liquidó el partido.