Andrés Sarmiento, uno de los más desequilibrantes, cayó lesionado y abandonó el campo entre lágrimas.
La Copa BetPlay 2025 empieza a escribir sus capítulos definitivos y este domingo 2 de noviembre, el Atanasio Girardot se convirtió en el epicentro del fútbol colombiano. Atlético Nacional dio un paso gigante rumbo a la final tras vencer con contundencia 4-1 a América de Cali en una semifinal vibrante, llena de intensidad, emociones y giros propios de los clásicos históricos.
El ambiente estaba servido desde el pitazo inicial: dos equipos decididos a imponer condiciones, presión alta, transiciones rápidas y un ritmo frenético. Las primeras llegadas no tardaron en aparecer y, aunque las tribunas rugían con cada avance, David Ospina y Jorge Soto respondieron a la altura del duelo, sosteniendo a sus equipos con atajadas clave en los primeros minutos.
Pero en los clásicos, los detalles inclinan la balanza, y esta vez el error fue costoso. Cristian Tovar intentó salir jugando desde el fondo con Luis Paz, pero la jugada exigió más precisión de la que ofreció. Mateus Uribe, incisivo y líder en la mitad, leyó la acción, robó la pelota con autoridad y encendió la mecha verdolaga. El balón viajó a los pies de Alfredo Morelos, que con visión levantó la cabeza y asistió a Juan Bauzá, quien definió de primera al ángulo, imposible para Soto. Golazo y estallido en Medellín: Nacional golpeaba primero.
El tanto desató el mejor momento del equipo antioqueño, que no tardó en ampliar la ventaja con goles de Mateus Uribe, Juan Rengifo y Alfredo Morelos, confirmando una noche inspirada en el Atanasio y dejando a América obligado a reaccionar en la vuelta para soñar con la final.
No todo fue celebración para el local. Andrés Sarmiento, uno de los más desequilibrantes, cayó lesionado y abandonó el campo entre lágrimas, encendiendo la preocupación del cuerpo técnico y de los hinchas verdolagas.
Con el pitazo final, el 4-1 dejó un mensaje claro: Nacional quiere la Copa y lo demostró en casa. América deberá apelar a la épica en la vuelta para revertir un resultado tan imponente como la exhibición verdolaga. El fútbol colombiano, mientras tanto, celebra el espectáculo.
