Con esta actuación, el colombiano escaló 17 posiciones en la clasificación general y ahora se ubica 46º, a 1h58m59s del líder Tadej Pogacar.
Contexto de la etapa
El temido Mont Ventoux, con sus 21 km al 7,5 % de pendiente media, es un escenario donde los corredores o se consagran o sucumben. En la etapa 16, el pelotón partió veloz, pero pronto una fuga de 34 unidades marcó el pulso de la jornada. Entre los elegidos figuraba Santiago Buitrago, decidido a resarcirse de la caída que lo había dejado fuera de ritmo en la etapa 7.
Análisis táctico
- Movilidad en la fuga: Buitrago se mantuvo en la parte frontal desde el kilómetro 20, evitando esfuerzos extra para saltar entre grupos rezagados.
- Dosificación de fuerzas: Usó un ritmo constante en la ladera boscosa para proteger sus watts, guardando explosividad para los últimos 10 km.
- Trabajo del equipo: Desde el inicio, Super Man lo colocó en posición óptima, con mangueras y bidones listos para alimentar cada repecho.
- Ataque final: A 3 km de la cima, aprovechó un instante de duda en el grupo para soltar un acelerón limpio, firmando un podio meritorio.
El pulso emocional de Buitrago
Cada pedalada llevó el eco de su familia en Bogotá: “Pensé en mi abuela cuando faltaban tres curvas”, confesó con la voz entrecortada. Aquella caída en la séptima etapa no solo le dolió en el cuerpo; le sacudió el ánimo. Este tercer puesto en Ventoux es la prueba de que la resiliencia colombiana no entiende de contratiempos. Cuando cruzó la línea, las lágrimas mezclaron agotamiento y orgullo, recordándole por qué eligió este deporte.
