Los dirigidos por Arias superaron 2-1 a Nacional con goles de Didier Moreno y Joel Canchimbo.
Barranquilla vivió una noche de rebelión futbolística. Junior, con carácter y alma de equipo grande, remontó un partido cargado de presión ante Atlético Nacional (2-1) y se metió de lleno en la pelea por los cuadrangulares. El Metropolitano fue testigo del regreso triunfal de Joel Canchimbo, quien volvió de la Selección Colombia para marcar el gol del triunfo y desatar la locura rojiblanca.
⚽ Nacional silencia temprano, pero no sostiene
El duelo arrancó con la hinchada tiburona empujando desde las gradas. Junior salió con ímpetu, y Bryan Castrillón encendió las alarmas con dos aproximaciones. Pero fue Nacional quien golpeó primero: al minuto 10, Alfredo Morelos sacó un remate cruzado que congeló el estadio y puso el 0-1.
Luis Marquínez, figura verdolaga en la primera mitad, sostuvo la ventaja con atajadas clave ante Suárez y Paiva. Junior insistía, pero la zaga visitante resistía. Una mala salida de Marquínez casi le da el empate a Castrillón, pero Haydar salvó en la línea.
🔥 La rebelión rojiblanca: Enamorado, Moreno y Canchimbo
El segundo tiempo fue otro partido. José Enamorado se convirtió en el motor ofensivo, desbordando sin tregua. Al 54’, Didier Moreno cazó un rebote y empató el juego. La tribuna estalló. Tres minutos después, Paiva rozó el segundo con un remate que pasó cerca.
Y entonces apareció Canchimbo. Recién ingresado, al 66’, se inventó un golazo: desborde hacia adentro y remate cruzado de derecha. El 2-1 que desató la fiesta en el Metropolitano y selló su regreso con broche de oro.
🧤 Silveira, el guardián del triunfo
Con la ventaja, Junior manejó el balón y los tiempos. Nacional, sin reacción ofensiva, buscó el empate con remates lejanos. Al 88’, Silveira respondió a Salazar con seguridad. Y en el agregado, el uruguayo se vistió de héroe con una atajada monumental ante Dairon Asprilla.
📈 Junior se fortalece, Nacional se desmorona
El pitazo final confirmó una victoria trabajada y merecida. Junior llega con envión anímico a los cuadrangulares, mientras Nacional se marcha sin el punto invisible y con más dudas que certezas.
