Junior cayó 0-1 en casa ante Tolima y deberá recomponer el camino si quiere volver a la cima.
Barranquilla soñaba con una noche de fiesta rojiblanca en el Metropolitano, donde Junior recibía al Deportes Tolima con una misión clara: reconquistar el liderato de la Liga BetPlay. Pero lo que prometía ser una celebración terminó convirtiéndose en un duro examen de carácter, táctica y temple. El equipo de Ibagué se plantó con autoridad, jugó con inteligencia y se llevó un triunfo (0-1) que pesa tanto como el calor del Caribe.
Desde el pitazo inicial, el cuadro dirigido por Lucas González dejó claro que no había viajado a la Costa para resistir. Con presión alta, transiciones veloces y una mentalidad ofensiva, Tolima tomó el control del juego y desacomodó por completo a un Junior que no encontraba su ritmo. La primera estocada llegó temprano, al minuto 12, cuando Yhorman Hurtado filtró un pase milimétrico para Juan Torres. El atacante no dudó: remate seco, imparable para Mauro Silveira y silencio absoluto en las gradas. El golpe no solo alteró el marcador, también cambió el libreto del partido.
Herido en su orgullo, Junior respondió con intensidad. Tomó el balón, adelantó sus líneas y buscó el empate por todos los caminos posibles: combinaciones por dentro, centros al área y jugadas a balón parado. Sin embargo, se encontró con una defensa tolimense sólida y un arquero, Neto Volpi, en estado de gracia. El conjunto visitante resistía cada embestida con disciplina, como una muralla imposible de vulnerar.
El guion no cambió tras el descanso. Lejos de refugiarse, Tolima mantuvo su plan: atacar con criterio y administrar el ritmo del partido. Junior, desesperado, se estrellaba una y otra vez contra un bloque bien estructurado que lo obligaba a jugar al límite. Con el paso de los minutos, la frustración se apoderó de los locales, mientras el cronómetro se convertía en un enemigo silencioso.
La tensión llegó a su punto máximo en el tramo final. Un gol anulado por fuera de lugar encendió el estadio y la expulsión de Sebastián Guzmán pareció abrir una puerta a la esperanza rojiblanca. Pero ni la presión ni el desorden lograron torcer el destino.
El silbatazo final fue un grito de triunfo para Tolima, que selló una victoria de carácter y jerarquía en el Metropolitano. Con este resultado, Junior queda con 25 puntos en el segundo lugar, mientras el conjunto ‘Pijao’ alcanza las 23 unidades, se afianza en el sexto puesto y lanza un mensaje claro al resto del campeonato: está para pelear.
Lo que comenzó como una noche de revancha terminó siendo una lección. Junior cayó en casa y deberá recomponer el camino si quiere volver a la cima. Tolima, en cambio, salió fortalecido, con la convicción de que su proyecto tiene peso, identidad y ambición.
