Los rojiblancos dieron el primer zarpazo. Lo que viene promete ser vibrante.
Junior inició su camino en el llamado “grupo de la muerte” con una victoria ajustada pero llena de carácter. En el Metropolitano, los rojiblancos vencieron 1-0 a Independiente Medellín gracias a un solitario tanto de Didier Moreno, que terminó siendo suficiente para abrir el cuadrangular con el pie derecho.
El arranque fue más favorable para el DIM. El equipo paisa mostró mayor iniciativa, presionó alto y obligó a Mauro Silveira a intervenir en un par de oportunidades que evitaron que el local iniciara cuesta arriba. Los visitantes incluso sufrieron su primera gran complicación cuando, antes de la media hora, el portero Washington Aguerre salió lesionado. Éder Chaux ingresó en su reemplazo, y en ese instante el desarrollo del partido cambió por completo.
Apenas minutos después, Junior encontró el gol que definió la noche. Yimmi Chará sacó un remate que Chaux rechazó de forma corta, y por allí apareció Didier Moreno, atento y oportuno, para capturar el rebote y empujar la pelota al fondo. Un premio para la eficacia barranquillera en un primer tiempo en el que no había tenido tantas llegadas claras.
El cierre de la etapa inicial estuvo marcado por la controversia. Bryan Léon Muñiz cayó en el área tras un choque con el propio Moreno y pidió penal, pero el árbitro dejó seguir. Las protestas subieron de tono y Alejandro Restrepo, técnico del Medellín, terminó expulsado por sus reclamos desmedidos. Un golpe anímico adicional para un equipo que ya lidiaba con la desventaja en el marcador.
En el complemento, Medellín tomó la iniciativa con más determinación. Baldomero Perlaza intentó romper desde afuera, Francisco Chaverra lo probó también en media distancia, y el DIM se volcó en busca del empate con centros y jugadas de balón parado. La opción más clara la tuvo Berrío, quien definió en el segundo palo, pero Silveira volvió a aparecer con una atajada crucial para sostener la ventaja.
Junior, por su parte, eligió un plan más conservador. Administró la diferencia, retrasó sus líneas y apostó a los contragolpes. Apenas inquietó con un remate desviado de José Enamorado y un intento bloqueado de Jesús Rivas. Fue un cierre táctico, más de control que de explosión.
Los minutos finales se consumieron entre la insistencia del DIM y la resistencia del cuadro tiburón. La visita hizo méritos ofensivos, pero no encontró la manera de romper la muralla local. Sin su técnico en el banquillo y sin premio a su volumen de llegada, terminó marchándose de Barranquilla con las manos vacías.
Junior, sin alardes, pero con autoridad en los momentos clave, se adueñó de la primera victoria del cuadrangular. Tres puntos que lo ponen a marcar territorio desde el arranque y que lo impulsan en un grupo donde cada detalle puede definir el futuro.
